miércoles, 22 de enero de 2014

En la infancia las enfermedades más comunes son las infecciones, que se caracterizan por su rápida transmisión y que están producidas por virus o bacterias. Las más frecuentes son las respiratorias  y las que afectan al estómago. La mayor parte de las infecciones víricas se previenen, actualmente, gracias a la vacunación. La aplicación de vacunas constituye la medida de prevención más efectiva contra algunas enfermedades graves en la infancia como la poliomelitis, tuberculosis, difteria, tos ferina, tétanos y sarampión.

Cada enfermedad se inicia con un síntoma distinto. Un dolor, una lesión, un malestar, las sensaciones raras, la debilidad o la dificultad de movimiento son algunas de las señales que indican que algo no funciona bien en el cuerpo de una persona.
Muchas madres, cuando perciben que su hijo está desanimado o presenta algún comportamiento que no es habitual, pueden decir que el niño "está incubando algo". Y normalmente, tendrá razón, aunque existen enfermedades que no presentan síntomas y, por ello, son difíciles de detectar. En cualquier caso, si observas algo extraño en la salud de tu hijo, no esperes para llevarlo al médico. Mejor es prevenir que curar.

Como ya emos leído existen muchas enfermedades que pueden afectar a nuestro niños, hoy hablaremos un poco de EL ASMA.

El asma
Concepto básico


El  Asma es una enfermedad crónica del sistema respiratorio que causa dificultad para respirar y produce congestión de secreciones en las vías respiratorias, a causa de alergias. Está acompañado por otra clase de sintomatología.



El asma es un término griego que significa “respiración del jadeo o entrecortada”.  Es una enfermedad crónica respiratoria caracterizada por dificultad para respirar debido al estrechamiento de los bronquios y los bronquíolos. Se  presenta con frecuencia en personas alérgicas. Las crisis asmáticas suelen ocurrir en primavera y otoño o con condiciones climáticas adversas como cuando se presentan tormentas y en algunos solamente el aire frío puede ocasionarles este mal.



Los síntomas del asma más comunes son: 
- Pulso rápido, más de 90 pulsaciones por minuto. 
- Tos y expectoración.  
- Dificultad al respirar.  
- Silbidos al exhalar el aire y no al inhalarlo. 
- Disnea o fatiga



Evidentemente, el asma debe ser objeto de una observación médica. Sin embargo, existen algunos remedios naturales para el  asma, utilizados en la antigüedad, y que pueden ser empleados de forma complementaria siempre que el doctor lo estime conveniente.



Causas del asma

El asma es una enfermedad inflamatoria de los bronquios, que hace que estos se obstruyan y sean muy sensibles frente a una gran cantidad de estímulos del ambiente. La inflamación de los bronquios causa un aumento en la producción del moco, que además es más viscoso, por lo que se expulsa con dificultad. El aumento de sensibilidad de los bronquios se denomina hiperreactividad y hace que los bronquios se cierren ante determinados estímulos como el ejercicio, el aire frío, las infecciones víricas, el humo del tabaco, el olor a pintura, etc.
Cuando se habla de causas de asma es necesario distinguir entre las causas del asma propiamente dichas o factores etiológicos, y los factores desencadenantes que, aunque no producen la enfermedad, pueden desencadenar una crisis en una persona que previamente padecía asma.
Factores etiológicos
·       Componente genético: muchos pacientes tienen familiares con asma.
·       Exposición a neumoalergenos: son sustancias que pueden producir alergia, en concreto, síntomas respiratorios. Los más importantes son: ácaros del polvo, pólenes de plantas (gramíneas, parietaria, olivo, platanero…), animales domésticos (pelo y escamas de su piel como el del perro, gato o hámster), hongos microscópicos (domésticos o no, crecen en lugares húmedos), factores ambientales y laborales (tabaco, polvo de madera, metales…).
Factores desencadenantes
Los más importantes son los relacionados con el clima (frío, humedad, nieve…), el ejercicio físico intenso, los ambientes contaminados, especialmente por el humo del tabaco, las infecciones respiratorias, y algunos fármacos como la aspirina y derivados.

TRATAMIENTO AUTOADMINISTRADO
Los pacientes deben recibir instrucciones verbales y por escrito respecto a la autoevaluación precoz de las crisis, a iniciar su tratamiento y a consultar a los Servicios de Urgencia oportunamente. Además, los enfermos deberían tener acceso a consultas con el equipo tratante, ya sea en forma telefónica o personal, para resolver dudas o problemas que no requieran asistir a un Servicio de Urgencia.
Generalmente existe un desencadenante que provoca la crisis, el cual puede estar relacionado con una infección de las vías aéreas, con exposición a antígenos, irritantes o a un fármaco en un individuo sensible. Otra causa es una falla en el manejo de la enfermedad, ya sea porque el tratamiento indicado es insuficiente o porque el paciente no cumple con las indicaciones.
El ideal es evaluar la magnitud de la obstrucción a través de medidas objetivas de función pulmonar, ya que los síntomas y signos clínicos suelen no reflejar claramente su magnitud. Por esta razón, los enfermos con asma más grave, y por lo tanto con mayor potencial para desarrollar crisis graves, deben contar con un flujímetro que haga posible esta evaluación objetiva. No obstante, en la mayoría de los casos actualmente se emplea sólo la evaluación a través de síntomas. A continuación se describe una graduación de las crisis utilizable por el paciente.

Ataque leve
Descripción. Aumento en la intensidad de las molestias que no ceden con el tratamiento usual y que limitan las labores físicas de gran intensidad. Siente poca dificultad respiratoria en reposo, puede hablar sin problemas, puede acostarse horizontalmente sin claro aumento de la disnea y no despierta por el asma. PEF entre 70% y el valor normal.
Tratamiento. Indicar una inhalación de un broncodilatador por dos a cuatro veces, según alivio de las molestias, por tres veces, cada 20 minutos (total de inhalaciones: 6 a 12 en la primera hora). Además, se le debe indicar aumentar la dosis de corticoides en aerosol, y continuar el tratamiento con broncodilatadores cada 4 a 6 horas.

Ataque moderado
Descripción. Aumento en la intensidad de las molestias que no ceden con el tratamiento usual y que limitan la posibilidad de efectuar labores físicas de mediana intensidad; prefiere estar en reposo por su disnea o ésta le dificulta decir una frase completa o el sueño. El paciente también tiene un ataque moderado si un ataque leve no se alivia después de una hora o si las molestias reaparecen al cabo de unas pocas horas. PEF entre 50 y 70% del valor teórico.
Tratamiento. Indicar una inhalación de un broncodilatador por cuatro a seis veces, según alivio de las molestias, por tres veces cada 20 minutos (total de inhalaciones: 12 a 18 en la primera hora). Además, se debe indicar aumentar al doble la dosis de corticoides en aerosol, indicar prednisona (20 a 60 mg), continuar el tratamiento con broncodilatadores cada 4 a 6 horas. Se debe indicar consultar telefónicamente o en el policlínico a la brevedad posible.

Ataque grave
Descripción. El paciente tiene dificultad respiratoria en reposo, sólo puede decir unas pocas palabras, debe permanecer sentado apoyado en sus manos, presenta cianosis de labios o uñas. También tiene un ataque grave si un ataque moderado no se alivia después de seis horas o si las molestias reaparecen al cabo de unas pocas horas. PEF bajo 50% del valor teórico.
Tratamiento. Indicar una inhalación de un broncodilatador por seis veces y luego dos inhalaciones cada cinco minutos hasta obtener ayuda médica (total de inhalaciones: 30 en la primera hora). Además, se le debe indicar prednisona (60 mg) y trasladarse lo más rápidamente posible a un Servicio de Urgencia, en lo posible en una ambulancia con oxígeno.
Si existen dudas respecto a la intensidad del ataque, porque el enfermo presenta algunas molestias descritas en dos categorías diferentes, se debe calificar el ataque de mayor intensidad.

Tratamiento natural

Una forma sencilla para curar el asma es con remedios naturales. Se han utilizado durante muchos años para ayudar a controlar el asma y tratar sus síntomas. A continuación se muestran algunos de los remedios naturales más eficaces que pueden ayudar con el tratamiento del asma y sus síntomas.

1.Mezcla 1/4 de cucharadita de jengibre en polvo y 1/4 de cucharadita de pimienta en una cucharadita de melaza. Revuelve la mezcla en un té de hierbas y bébelo. Utiliza este tratamiento una vez al día para ayudar a aliviar el asma y sus síntomas.
2.    Toma mantecona en forma complementaria a diario. Es una hierba que se ha demostrado que reduce la severidad y la frecuencia de los ataques de asma en las personas que lo sufren.
3.    Toma una cucharadita de semillas de spiegel mezcladas en agua tibia dos veces al día. Este tratamiento se ha demostrado que ayuda a mejorar el asma y sus síntomas con el tiempo. Es mejor tragarse las semillas con el agua, pero algunos optan por macerarlas durante unos minutos y luego escurrirlas.


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