En la infancia las enfermedades más
comunes son las infecciones,
que se caracterizan por su rápida transmisión y que están producidas por virus o bacterias. Las más frecuentes son
las respiratorias y las que
afectan al estómago. La mayor parte de las infecciones víricas se previenen,
actualmente, gracias a la vacunación. La aplicación de vacunas constituye la medida de
prevención más efectiva contra algunas enfermedades graves en la infancia como la poliomelitis, tuberculosis,
difteria, tos ferina, tétanos y sarampión.
Cada enfermedad se inicia con un síntoma distinto. Un dolor, una lesión, un malestar, las
sensaciones raras, la debilidad o la dificultad de movimiento son algunas de
las señales que indican que algo no funciona bien en el cuerpo de una persona.
Muchas madres, cuando perciben que su hijo está desanimado o
presenta algún comportamiento que
no es habitual, pueden decir que el niño "está incubando algo". Y normalmente,
tendrá razón, aunque existen enfermedades que no presentan síntomas y, por
ello, son difíciles de detectar. En cualquier caso, si observas algo extraño en
la salud de
tu hijo, no esperes para llevarlo al médico. Mejor es prevenir que curar.
Como ya emos leído existen muchas
enfermedades que pueden afectar a nuestro niños, hoy hablaremos un poco de EL
ASMA.
El asma
Concepto básico
El
Asma es una enfermedad crónica del sistema respiratorio que causa
dificultad para respirar y produce congestión de secreciones en las
vías respiratorias, a causa de alergias. Está acompañado por otra clase
de sintomatología.
El asma es un término griego que significa
“respiración del jadeo o entrecortada”. Es una enfermedad crónica
respiratoria caracterizada por dificultad para respirar debido al
estrechamiento de los bronquios y los bronquíolos. Se presenta con
frecuencia en personas alérgicas. Las crisis asmáticas suelen ocurrir en
primavera y otoño o con condiciones climáticas adversas como cuando se
presentan tormentas y en algunos solamente el aire frío puede ocasionarles
este mal.
Los síntomas del asma más comunes son:
- Pulso
rápido, más de 90 pulsaciones por minuto.
- Tos
y expectoración.
- Dificultad
al respirar.
- Silbidos
al exhalar el aire y no al inhalarlo.
- Disnea
o fatiga
Evidentemente, el asma debe ser objeto de
una observación médica. Sin embargo, existen algunos remedios naturales
para el asma, utilizados en la antigüedad, y que pueden ser empleados de
forma complementaria siempre que el doctor lo estime conveniente.
Causas del asma
El asma es una
enfermedad inflamatoria de los bronquios, que hace que estos se obstruyan y
sean muy sensibles frente a una gran cantidad de estímulos del ambiente. La
inflamación de los bronquios causa un aumento en la producción del moco, que
además es más viscoso, por lo que se expulsa con dificultad. El aumento de
sensibilidad de los bronquios se denomina hiperreactividad y hace que los
bronquios se cierren ante determinados estímulos como el ejercicio, el aire
frío, las infecciones víricas, el humo del tabaco, el olor a pintura, etc.
Cuando se habla de causas de
asma es necesario distinguir entre las causas del asma propiamente
dichas o factores etiológicos, y los factores desencadenantes que, aunque no
producen la enfermedad, pueden desencadenar una crisis en una persona que
previamente padecía asma.
Factores etiológicos
·
Componente genético: muchos pacientes tienen familiares con asma.
·
Exposición a
neumoalergenos: son sustancias
que pueden producir alergia, en concreto, síntomas respiratorios. Los más
importantes son: ácaros del polvo, pólenes de plantas (gramíneas, parietaria,
olivo, platanero…), animales domésticos (pelo y escamas de su piel como el del
perro, gato o hámster), hongos microscópicos (domésticos o no, crecen en
lugares húmedos), factores ambientales y laborales (tabaco, polvo de madera,
metales…).
Factores
desencadenantes
Los más
importantes son los relacionados con el clima (frío, humedad, nieve…), el
ejercicio físico intenso, los ambientes contaminados, especialmente por el humo
del tabaco, las infecciones respiratorias, y algunos fármacos como la aspirina
y derivados.
TRATAMIENTO AUTOADMINISTRADO
Los
pacientes deben recibir instrucciones verbales y por escrito respecto a la
autoevaluación precoz de las crisis, a iniciar su tratamiento y a consultar a
los Servicios de Urgencia oportunamente. Además, los enfermos deberían tener
acceso a consultas con el equipo tratante, ya sea en forma telefónica o
personal, para resolver dudas o problemas que no requieran asistir a un
Servicio de Urgencia.
Generalmente
existe un desencadenante que provoca la crisis, el cual puede estar relacionado
con una infección de las vías aéreas, con exposición a antígenos, irritantes o
a un fármaco en un individuo sensible. Otra causa es una falla en el manejo de
la enfermedad, ya sea porque el tratamiento indicado es insuficiente o porque
el paciente no cumple con las indicaciones.
El
ideal es evaluar la magnitud de la obstrucción a través de medidas objetivas de
función pulmonar, ya que los síntomas y signos clínicos suelen no reflejar
claramente su magnitud. Por esta razón, los enfermos con asma más grave, y por
lo tanto con mayor potencial para desarrollar crisis graves, deben contar con
un flujímetro que haga posible esta evaluación objetiva. No obstante, en la
mayoría de los casos actualmente se emplea sólo la evaluación a través de
síntomas. A continuación se describe una graduación de las crisis utilizable
por el paciente.
Ataque
leve
Descripción. Aumento
en la intensidad de las molestias que no ceden con el tratamiento usual y que
limitan las labores físicas de gran intensidad. Siente poca dificultad
respiratoria en reposo, puede hablar sin problemas, puede acostarse
horizontalmente sin claro aumento de la disnea y no despierta por el asma. PEF
entre 70% y el valor normal.
Tratamiento. Indicar
una inhalación de un broncodilatador por dos a cuatro veces, según alivio de
las molestias, por tres veces, cada 20 minutos (total de inhalaciones: 6 a 12
en la primera hora). Además, se le debe indicar aumentar la dosis de
corticoides en aerosol, y continuar el tratamiento con broncodilatadores cada 4
a 6 horas.
Ataque
moderado
Descripción. Aumento
en la intensidad de las molestias que no ceden con el tratamiento usual y que
limitan la posibilidad de efectuar labores físicas de mediana intensidad; prefiere
estar en reposo por su disnea o ésta le dificulta decir una frase completa o el
sueño. El paciente también tiene un ataque moderado si un ataque leve no se
alivia después de una hora o si las molestias reaparecen al cabo de unas pocas
horas. PEF entre 50 y 70% del valor teórico.
Tratamiento. Indicar
una inhalación de un broncodilatador por cuatro a seis veces, según alivio de
las molestias, por tres veces cada 20 minutos (total de inhalaciones: 12 a 18
en la primera hora). Además, se debe indicar aumentar al doble la dosis de
corticoides en aerosol, indicar prednisona (20 a 60 mg), continuar el
tratamiento con broncodilatadores cada 4 a 6 horas. Se debe indicar consultar
telefónicamente o en el policlínico a la brevedad posible.
Ataque
grave
Descripción. El
paciente tiene dificultad respiratoria en reposo, sólo puede decir unas pocas
palabras, debe permanecer sentado apoyado en sus manos, presenta cianosis de
labios o uñas. También tiene un ataque grave si un ataque moderado no se alivia
después de seis horas o si las molestias reaparecen al cabo de unas pocas
horas. PEF bajo 50% del valor teórico.
Tratamiento. Indicar
una inhalación de un broncodilatador por seis veces y luego dos inhalaciones
cada cinco minutos hasta obtener ayuda médica (total de inhalaciones: 30 en la
primera hora). Además, se le debe indicar prednisona (60 mg) y trasladarse lo
más rápidamente posible a un Servicio de Urgencia, en lo posible en una
ambulancia con oxígeno.
Si
existen dudas respecto a la intensidad del ataque, porque el enfermo presenta
algunas molestias descritas en dos categorías diferentes, se debe calificar el
ataque de mayor intensidad.
Tratamiento natural
Una
forma sencilla para curar el asma es con remedios naturales. Se han utilizado
durante muchos años para ayudar a controlar el asma y tratar sus síntomas. A
continuación se muestran algunos de los remedios naturales más eficaces que
pueden ayudar con el tratamiento del asma y sus síntomas.
1.Mezcla 1/4 de cucharadita de jengibre en polvo y 1/4 de
cucharadita de pimienta en una cucharadita de melaza. Revuelve la mezcla en un
té de hierbas y bébelo. Utiliza este tratamiento una vez al día para ayudar a
aliviar el asma y sus síntomas.
2.
Toma mantecona en forma complementaria a diario. Es una
hierba que se ha demostrado que reduce la severidad y la frecuencia de los
ataques de asma en las personas que lo sufren.
3.
Toma una cucharadita de semillas de spiegel mezcladas en
agua tibia dos veces al día. Este tratamiento se ha demostrado que ayuda a
mejorar el asma y sus síntomas con el tiempo. Es mejor tragarse las semillas
con el agua, pero algunos optan por macerarlas durante unos minutos y luego
escurrirlas.
0 comentarios:
Publicar un comentario