jueves, 30 de mayo de 2013


*Especialista advierte sobre los cuidados que se deben tener al aplicarlo
*Conocimientos, experiencia y talento en manos de médicos son vitales para resultados
*Es un procedimiento seguro en manos de expertos
  
Existen muchos mitos alrededor del tratamiento estético con botox, pero también muchas verdades que los pacientes deben conocer para evitar situaciones de riesgo, señala el doctor Brockman, un experto nicaragüense en la aplicación de este procedimiento considerado por muchos como un virtual “elixir de la juventud”.
La mayoría de las personas creen que el botox es un procedimiento estético en particular, pero más bien se trata de una marca comercial, de un producto que se obtiene de la descomposición en procesos de laboratorio de una bacteria llamada prostridium botulínico.
Esa bacteria produce el botulismo, que es una enfermedad grave, mortal, porque es un envenenamiento con esa toxina. El botox se saca de esa bacteria, que es un bacilo que produce la toxina botulínica, entonces se agarra ese veneno y se procesa hasta obtener un nivel de uso médico. El doctor Brockman explica que el proceso como cuando se obtiene el antídoto para picaduras de víboras, el cual se extrae del mismo veneno.
En los años 60 el oftalmólogo norteamericano  Alan Scott buscaba alternativas para tratamiento de estrabismo en niños y analizó el efecto de la
toxina en los músculos alrededor del ojo.
En 1973 se publicó el primer trabajo confirmando la alternativa para el tratamiento de la arrugas pereforbitales o alrededor de los ojos con la toxinas
botulínicas y posteriormente un pequeño laboratorio, Allergan Inc., lanzó al mercado el producto con la denominación de botox. En los años 70 el producto fue autorizado por el FDI y FDA.
Un boom para la medicina estética
 En 1982 se registró el boom del botox para el tratamiento cosmético. “Este tratamiento es realmente de glamour, de expectativas de rejuvenecimiento y bienestar para el paciente”, dijo el doctor Brockman.
Aunque el botox se comenzó a usar en tratamientos alrededor de los ojos posteriormente se extendió a otras zonas de la cara, como la frente, el mentón, los labios, en la nariz, para evitar la sudoración excesiva en las manos y en las axilas  y para el alivio de la migraña.
El botox es una solución efectiva para el denominado mentón de bruja, en la punta de la nariz para evitar que ésta se caiga cuando el paciente habla, para la llamada “sonrisa gingival”, que es cuando se ve la encía de la persona cuando sonríe.
También se usa para los problemas de hipertronitis, para relajar los músculos tensos e inclusive hasta para las cuerdas bucales.
“”La toxina se usa para las arrugas que se forman con la mímica, con la expresión, con el músculo que se mueve, entonces tú paralizas el músculo; lo usamos para la región frontal, para la ceja, para disminuir el sueño; en la región alrededor de los ojos. En suiza acaban de encontrar el uso de pequeñas dosis bien disminuidas de la toxina en regiones como la mejillas donde hay líneas de expresión; la estamos usando ya aquí con resultados fantástico por que si tu aplicas una dosis grande a nivel muscular provocas un parálisis y la boca queda de lado, entonces se usa a nivel del piel bien diluida, tenemos resultados bien
fantásticos inclusive a las narices que producen muchos puntos negros
se les puede aplicar un poquito de lo que le dicen meso-toxina o meso botox, menos toxina, para disminuir los poros de la nariz y hemos obtenido buenos resultados”, añadió Brockman.
Una mala práctica genera riesgos
El especialista reitera que la toxina botulínica proviene de un producto descompuesto que es altamente tóxico y mortal, no existe antídoto para el paciente, pero añade que los laboratorios que producen el botox para tratamiento cosmético lo diluyen millones de veces en un prolongado proceso y el uso del mismo requiere de una aplicación correcta.
Explica que en Estados Unidos y otros países, algunos médicos utilizaron algunos productos que no eran reconocidos y enfrentaron problemas con los pacientes, pero afirma que en Nicaragua los que usan estos procedimientos se ciñen a las normas internacionales.
En Nicaragua tampoco se utilizan otros procedimientos como el relleno con silicona, polímero o bio-polímero, porque a largo plazo provocan deformidades o alergias incurables y el polímero o silicona emigra. “Por ejemplo: te la aplican alrededor de  los ojos y a los años la tenés en la mandíbula y esto no tiene
tratamiento, a no ser con cirugía y con malos resultados”, advierte Brockman.
Pero señala que siempre existen los aventureros que se ufanan de trabajar en Estados Unidos y con supuestos expertos y aplican la silicona indiscriminadamente, con resultados negativos.
Recuerda que en Estados Unidos y Brasil están prohibidos estos procedimientos pero afirma que no se explica cómo en Nicaragua existen pacientes que aceptan que se les apliquen esos procedimientos, sin ninguna garantía, porque luego los que los hacen desaparecen y parte sin novedad. “Nosotros no hacemos eso”, enfatizó.
Que lo apliquen expertos
El doctor Brockman aconseja a los pacientes a que busquen a especialistas en la materia para este tipo de tratamiento cosmético. El botox tiene que aplicarse en dosis y con pasos específicos, no al capricho del cliente. Además el paciente debe estar bien informado sobre la marca y el tipo de producto que se le aplica, para saber qué hace en caso de complicaciones.
Explica que las marcas traen dosis determinadas de uso, por ejemplo, un producto se puede usar en un paciente, otros en dos o en tres, pero hay quienes por ganar más violentan las normas establecidas, usan una dosis única en varios pacientes y ahí surgen los problemas.
El doctor Brockman insistió en el cuidado que se debe tener en este tratamiento estético, ya que aunque hay jeringas especiales para hacerlo, el que lo haga debe tener los conocimientos y la experiencia necesaria. “Esto no es una aventura”, concluyó.